Relaciones, situaciones, problemas, sufrimientos que se repiten y no consigues verle la solución. A partir de estos bloqueos, es desde dónde se puede llegar a una terapia Gestalt.
Esta favorece que la persona logre su potencial, su funcionamiento pleno y su florecimiento, integrando las dimensiones sensorial, afectiva, intelectual, social y espiritual del ser humano.
Trabaja desde/y en el aquí y el ahora, lo que nos permite tomar conciencia de los mecanismos (formas de pensar, sentir o actuar), repetitivos y automáticos, que nos producen insatisfacción y sufrimiento, bloqueando nuestras verdaderas necesidades. Nos permite aumentar, así, nuestro autoconocimiento y autoaceptación, lo que estimula nuestros propios recursos.
Un desarrollo personal visible en todas las áreas de la persona.